Eugenia Codina Desde mi ventana

jueves, 25 de agosto de 2011

El castaño de Ana Frank revive



El 23 de agosto del 2010
el castaño de Ana Frank sucumbió a una de estas inevitables tormentas de verano. El arbol ya estaba muy enfermo a causa de un hongo que lo había invadido totalmente. El ayuntamiento de Amsterdam había querido talarlo pero la protesta popular fue tal que se optó por conservar lo que quedaba del árbol sosteniéndolo con un armazón de hierro. El 23 de agosto del año pasado el armazón no fue suficiente para proteger el castaño del viento huracanado.

El castaño se había convertido en un símbolo del Holocausto de los judíos holandeses. En su diario, Ana Frank menciona varias veces el árbol que puede ver desde la ventana de su escondite. Literariamente es la metáfora de la libertad que le es negada debido al enclaustramiento al que se ve obligada para sobrevivir.

Cuando la enfermedad del castaño de 200 años era irreversible, esquejes y frutos del árbol se plantaron en otros países. En España se encuentran esquejes en en Madrid y Valencia.


Un año más tarde, el 23 de agosto del 2011, hace dos días, los periódicos holandeses daban la esperanzadora noticia de que estaban creciendo brotes del tronco. Si siguen creciendo con esta energía, podría nacer un nuevo castaño del anciano derribado, un castaño que podría vivir otros 200 años.

No sé, me ha parecido una noticia poética y, por tanto, digna de mención.

domingo, 21 de agosto de 2011

Tranquilidad en las librerías de Londres

Desde Bishop´s Park, en el londinense barrio de Fullham

La noticia es lo que NO ha pasado. Leo en los periódicos que el descarado pillaje de las tiendas londinenses NO ha afectado a las librerías. Los libreros se preguntan si es que a los manifestantes no les gusta leer, o ya lo han leído todo, o es que, posiblemente, ya solo leen libros electrónicos con su Kindle o su Ipad.

Esto explica porque las tiendas de electrónica fueron las más damnificadas.

sábado, 20 de agosto de 2011

Sincronicidad Wallander

Estoy leyendo La quinta mujer del escritor sueco Henning Mankell. Es una de las aventuras del sombrío y reservado inspector de policía Kurt Wallander de la muy escandinava ciudad de Ystad.

Me levanto a hacerme un café cuando, a través de mi ventana veo un Volvo Polis, un coche de la policía sueca, aparcado delante de mi casa.

¿Qué hace un antiguo coche de la policía sueca en Rótterdam?, ¿Y por qué aparca en mi aburrido barrio mientras me sumerjo en las peripecias del pesimista inspector escandinavo?


Esas cosas de la sincronicidad.



jueves, 18 de agosto de 2011

El maestro Pla

El viejo maestro sigue inspirando y enseñando a los escritores jóvenes.
Al menos así lo pude apreciar cuando visité el monumento a Josep Pla en Girona este verano.

martes, 16 de agosto de 2011

El método científico del rijsttafel


Kam Sang en Hillegersberg

Este fin de semana estuve estuve cenando con unos amigos en un restaurante chino, cerca de mi casa, que está francamente bien. En Holanda los restaurantes chinos se caracterizan por ofrecer además de la comida cantonesa, la cocina indonesia que es muy popular por razones históricas y excoloniales. En el menú siempre se encuentra rijsttafel, que literalmente quiere decir mesa de arroz. El rijsttafel es una combinación de muchos miniplatos distintos que se sirven todos a la vez. Es una forma de comer festiva e ideal para los indecisos que no saben que pedir cuando van al restaurante chino.

Con un té chino todo sabe mejor.

Durante la comida, con muchos productos exóticos y formas de cocción inusuales, surgió el tema de la alimentación y el cáncer. Uno de mis amigos había oído casos de pacientes que habían ido a ciertos médicos naturistas. Otro me habló de una conocida que decía haberse curado a sí misma con suplementos vitamínicos y zumo de limón. Todos los comensales daban por sentado que una alimentación sana y una actitud positiva hacia la vida era uno de los mejores remedios contra el cáncer.

Nada que ver con las opiniones de los médicos que me han atendido. Una de mis grandes frustraciones, cuando me diagnosticaron el cáncer de mama, fue que yo creía seguir un vida sana y equilibrada. Como la mayoría de las mujeres de mi edad que sabe leer e informarse, cuidaba la alimentación, hacía ejercicio, tomaba suplementos vitamínicos, no fumaba y dormía mis horas. Mis preguntas al cirujano, oncólogo y radiólogo sobre las causas del cáncer o sobre la influencia de la dieta solo han recibido como respuesta caras de besugo y vagas nociones como, ¨pues mire, el sobrepeso puede ser un factor, o el alcohol, pero tampoco los sabemos seguro¨. Que no es seguro lo deduje por mí misma al ver en la sala de quimioterapia donde me tratan no pocas mujeres con su chador, es decir musulmanas ortodoxas que no consumen alcohol.

Durante este año de tratamiento he llegado a la conclusión de que todo el mundo ¨sabe¨ de qué viene el cáncer y cómo se cura excepto los médicos. Estos aplican el método científico y se guían por protocolos basados en estadísticas que van adaptando según van apareciendo resultados nuevos. O sea, nada de curas milagrosas y rápidas.

Los restaurantes chinos normalmente tienen una sección de servicio a domicilio o para llevar a casa

Cual no sería mi sorpresa, cuando de pleno en esta conversación vi llegar al oncólogo que me lleva, el cual evidentemente vive en el barrio, en su bicicleta. Aparcó a la puerta del restaurante, se dirigió a la barra y pidió un rijsttafel (completa, con todo) para llevarse a casa. Al cabo de diez minutos se marchaba con dos abultadas bolsas de exóticos productos colgando del manillar de la bici.

Deduje que si el oncólogo consideraba el rijsttafel una buena alimentaciòn para su prole, también lo era para mí.

lunes, 15 de agosto de 2011