Eugenia Codina Desde mi ventana

martes, 29 de julio de 2008

lunes, 28 de julio de 2008

Devuélveme la bicicleta del abuelo


Leo en las noticias que el político conservador Cameron ha recuperado la bicicleta que le habían robado la semana pasada en Londres. Había ido a comprar al supermercado y amarrado su bicicleta a un poste, medida que no frena a ningún experto ladrón de bicicletas, como muy bien sabemos en Holanda.
El periódico Sunday Mirror hizo una llamada para recuperar la bicicleta de Cameron que fue respondida por un vecino, ferviente laborista, del susodicho Cameron. A pesar de sus diferencias ideológicas, el vecino informó al Sunday Mirror de que había visto la bicicleta abandonada en algún lugar del barrio. Aclaró su buena obra con las palabras: "Por que incluso a un conservador no le deseas que le roben la bicicleta".

Un gesto generoso.

Esta historia me ha recordado otros hechos históricos con una bicicleta robada como protagonista.
En los últimos días de la invasión alemana de Holanda, en el mayo del 45, los soldados alemanes, que tenían los aliados pisándoleslos talones, huían como podían del país invadido. Requisaban coches, camiones y lo que pudieran agarrar. Muchos robaban bicicletas y salían pedaleando en dirección a Alemania.

Cuando la actual reina Beatriz se casó con el ya difunto aristócrata alemán Claus van Amsberg en 1966, hubo varias manifestaciones y protestas, con bomba de humo incluída, organizadas por el movimiento que entonces se llamaba "los provos".


Haciendo uso de la proverbial antipatía y desconfianza que los holandeses sentían (y aún siguen sintiendo) por los alemanes después de la guerra, se oía el eslogan que ya se ha convertido en leyenda en este país:
¡Devuélveme la bicicleta del abuelo!.

Expresión que aún refunfuñan los holandeses entre dientes cuando les adelanta un coche alemán.

domingo, 27 de julio de 2008

Edad digital


Para saber la edad de una persona ya no hay que mirar las patas de gallo, solo hay que observar lo que hace con la radio, el televisor y el ordenador.
Los que hemos nacido en la época de los inicios de la televisión, aún ponemos la radio por la mañana, o encendemos el televisor con la idea de ¨a ver que hay en la tele¨. Los que hemos aprendido a usar el ordenador de adultos lo usamos para buscar información y por el correo electrónico. Aún tenemos la idea que hay que apagar y encender aparatos para tener acceso a información, ocio e información.

En cambio hay otras generaciones que están siempre conectados, ya sea por el móvil o por el ordenador. Una generación que no escucha la radio sino que elige el programa del IPod que quiere oir o ver. Que es capaz de estar juntos en un grupo y a la vez estar enviando sms a los no presentes. Una generación que no sabe lo que es esperar a que alguien programe su ocio con antelación. Una generación que ya no usa el correo electrónico porque ya tienen un espacio social virtual en los hives.

Me pregunto si esta generación es más asertiva que la mía porque aprenden a elegir sus preferencias desde su más tierna infancia, si se conocen mejor a sí mismos porque tienen que poner perfiles que les distingan en todo tipo de espacios digitales y si son más sociables porque están constantemente conectados en una red de relaciones físicas y digitales a la vez.

Y estso cambios son tan evidentes y masificados que en Estados Unidos ya hay una disciplina universitaria llamada Antropología Digital.


(Según este articulo de La Vanguardia cada vez hay más gente joven que ve televisión a través de Internet. La red ofrece la oportunidad de navegar, mirar en el espacio social (hifive, myspace, facebook) y mirar alguna de las series favoritas sin tener que esperar).

sábado, 26 de julio de 2008

Global Village

Admito mi error, yo no habìa entendido aún lo que significaba el acceso al mundo a través de la televisión. Creía que era una forma de cosmpolitismo, una forma de aprender idiomas y de estar al día de los avances en otros países. Pero esta era anteayer.

Porque desde ayer, y después de no tener televisión durante un año, instalé una antena parabólica que me da acceso a mil quinientos canales (1.311para ser exactos).

Vaya sorpresa me he llevado.

Después de revisar los canales que tengo disponibles he llegado ya a varias conclusiones. Para empezar, los grandes ganadores de la televisón por satélite son la venta directa, el sexo y la religión. Hay incluso un canal llamado God TV, lo cual me dio la esperanza de que podía aclarar la eterna pregunta sobre la existencia de dios. Pero al ver el siguiente canal, God Europa TV, ya vi que no era una emisión divina sino de lo más humana. No solo la religión cristiana está representada, los canales de carácter islámico son casi tan numerosos, seguidos por el hinduismo.

De todos los países que emiten los del Oriente Medio están masivamente representados desde Libia, los emiratos árabes hasta Irán e Irak. También hay decenas de canales con emisoras para espectadores indios. Sorpendente, acotación al margen, la cantidad de canales dedicados al sexo-árabe.

Yo misma, española en Holanda, recibo también la televisión española internacional, además de la televisión catalana internacional, la autonómica vasca, la de Extremadura, Telemadrid, Galicia....

Cuando aparecieron las primeras antenas parabólicas eran una señal de riqueza y de cosmoplitismo. Ahora una imagen estigmatizante en los barrios depauperados de la ciudad de Rotterdam. Antena parabólica es sinónimo de pobreza. Los emigrantes de primera generación, así como sus hijos y sus nietos, son los que se instalan la antena en el balcón.


En Holanda la televisión siempre ha sido por cable y se han recibido fácilmente los canales ingleses, alemanes y belgas. No había necesidad para la clase media de poder ver la televisión en otros idiomas geográficamente más lejanos, como el árabe. Ahora se ha ampliado el número de televisiones que llegan a Holanda pero la cuestión es si esta presencia aumenta la diversidad o la encoge. Porque en realidad yo puedo escoger por mirar cada día TV3 y estar al día de la fiesta mayor de Tortosa (tema puntero de ayer en la franja del mediodía de TV3) sin tener necesidad de enterarme de lo que ocurre en Rotterdam. ¿Sabemos más o sabemos menos?

Hace unos años, las autoridades iraníes intentaron inútilmente prohibir la antena parábolica, a la cual llamaban la antena diabólica, porque traía el extranjero a casa. Yo diría que lo que ocurre ahora es el contrario: es lo local lo que llega al extranjero. Porque incluso en el punto más lejano de la tierra uno puede seguir agarrado al terruño.
En lugar de facilitar el aprendizaje de otros idiomas, convierte en inútil este esfuerzo.
En lugar de ver el mismo programa que tus compañeros de trabajo, que es prácticamente lo único en comùn que comparte el asalariado de hoy en día, te dedicas a ver el culebrón en Tamil que solo pueden ver los hablantes de esta lengua.
En lugar de poner tus prejuicios a prueba viendo programas chocantes, eliges los programas que te aseguran el mismo mensaje de siempre.

De ahí mi error, creía que el satélite nos hacía ciudadanos del mundo. En realidad, me temo que somos pueblerinos del mundo.

martes, 22 de julio de 2008

Eso sí

He aquí la prueba de que España le lleva al menos 40 años de adelanto a la China en cuestión modales y turismo, amén de hacer las señalizaciones accesibles al visitante.

lunes, 21 de julio de 2008

Porte y buenos modales...


..abren puertas principales, decía mi madre.

Las autoridades chinas piensan lo mismo. Al menos, esto se deduce de que hayan publicado una guía para que los chinos se comporten educadamente con los visitantes extranjeros durante los Juegos Olímpicos. En la guía de buenas maneras se conmina a los ciudadanos chinos a no rascarse la cabeza, hurgarse la nariz o escupir en el suelo cuando estén hablando con un visitante de otro país.
También les indican los temas de conversación educados: no preguntar lo que ganan, los años que tienen y dónde viven.

Sin querer desmerecer el gran adelanto que representaría que los chinos dejaran de rascarse la cabeza y hurgarse la nariz en un autobús lleno de gente, es otro el gran cambio que China ha puesto en marcha gracias a los Juegos Olímpicos.

El gran cambio es que, desde hace un año, el gobierno ha invertido en sustituir los caracteres chinos en las señalizaciones de la ciudad por el alfabeto latino, sobre todo en inglés. Tal como escribía el Deportista Digital ya en el 2007:

Sin olvidar, que se está impulsando el aprendizaje de otros idiomas, que va camino de los cinco millones, en torno al 33 por ciento de la población de Pekín. Además, las autoridades también lucharán contra el "chinglish", con el fin de que los chinos no cometan tantos errores gramaticales y sintácticos cuando hablan inglés.


En este vídeo de la CNN se ilustra como la traducción de señales públicas a otro idioma, sin contextualización, se convierte en un galimatías, que es lo que es el Chinglish. Porque para aprender un idioma, tal como sabe cualquier persona que hable aunque sea un poco de otra lengua, hay que estar en contacto con la cultura, con los hablantes y las costumbres del país. La traducción literal de las palabras chinas al inglés, sin contexto, lleva a traducciones casi surrealistas porque carecen de sentido común.

domingo, 20 de julio de 2008

La destrucción de mi Barcelona


De mi Barcelona desparecen no solo mi colegio y la casa donde nací para convertirse en museos o en lofts impagables. También desaparece la vegetación que daba carácter y humanidad a la ciudad.

Isabel Núñez ha publicado un libro llamdo La plaza del azufaifo.
El libro es una recopilación de una serie de posts que Isabel Núñez había ido publicando entre el 2007 y el 2008 en su blog, en defensa de la conservación de un arbol, un azuifafo, en el barrio de Sant Gervasi, en Barcelona. Con la capacidad de convocatoria de internet, Isabel Núñez, que es escritora y traductora, consiguió a través de su blog Crucigrama, movilizar a vecinos y personas sensibles al tema. La movilización fue a base de lecturas de poesía y otras manifestaciones culturales, usando la autora las armas de su profesión, lo cual le ha dado un carácter inusual esta reivindicacón.

La aparición de este libro es notable por varias razones:

1. Porque trata de la destrucción de los espacios verdes de una ciudad emblemática como Barcelona.
2. Porque ha nacido de un blog que es un medio interactivo y fluido.
3. Porque muestra una vez más el poder de convocatoria de la red.
4. Porque muestra una forma alternativa de resistencia basada en la cultura y la poesía.

Para ver la historia de la salvación del azufaifo puedes mirar en este vínculo, el blog Polis, que trata exclusivamente del tema de la destrucción de la ciudad.

sábado, 19 de julio de 2008

El angel del siglo XXI

¿Quién dijo que el heavy metal era la música del diablo? La iglesia está ganando la batalla al diablo gracias a un angel gordo y viejo con mucha marcha.

No puede ser casualidad que, después de poner un post sobre Matisyahu, me encuentre con esta noticia en todos los idiomas que conozco. El País también se hace eco de la aparición del fraile Cesare Bonizzi que canta heavy metal con una energía que para sí quisieran los más jóvenes.

De nuevo la religión y la música combinado de una forma inesperada y rompiendo las convenciones.
Cuando pienso en un capuchino pienso en un sobrio fraile que ha hecho voto de pobreza y castidad. En cambio, el fraile Bonizzi no tiene nada de sobrio, al menos en la forma que libera su energía creadora.

No solo es transcultural y transreligioso, fray Cesare Bonizzi es también transgeneracional.

viernes, 18 de julio de 2008

Matisyahu

La primera vez que escuché a Matisyahu me gustó: tiene el swing del reggae y su energía. El reggae, como fondo musical, forma parte de mi vida desde hace años, seguramente porque es la música que estaba de moda cuando empecé a comprar discos. Matisyahu suena como la versión moderna de Eddie Grant, Bob Marley o Peter Tosh.

La sorpresa fue cuando el vi por primera vez: un rabino judío cantando reggae.



La imagen y el sonido no iban juntos: la música que asocio con una forma relajada de ver la vida, con un porrito y los pies en la arena de la playa jamaicana, cantada por un representante de las formas de religión más estrictas y con menos joie de vivre. Porque Matisyahu no es sólo judío sino que es del grupo de los jasídicos, una forma radical de judaísmo.

Sin embargo, esta primera impresión radica en las asociaciones que tengo de lo que es el reggae y el judaísmo. Porque desde el punto de vista histórico tienen mucho en común. Sino miremos a la historia y la leyenda.

El reggae es la música de los rastafari, la religión panafricana, de origen etíope. O mejor dicho, muchos músicos de reggae eran rastafaris. El rastafarismo es una religión relativamente moderna que promete la liberación africana del yugo colonial. Los rastafaris hablan también de Zión como la tierra prometida símbolo de la libertad. Tal como cantaba Boby Marley.

Etiopía, cuna de la reina de Saba   la cual tuvo un idilio con el rey Salomón de Israel. De la historia de amor nació un hijo Menelik, rey de Etiopía. Según la leyenda, fue Menelik el que se llevó el Arca de la Alianza israelita a Etiopía, donde aún está escondida en un lugar remoto que solo Indiana Jones conoce.
Durante siglos ha sobrevivido un reducido grupo de etíopes de religión judía. Su partida a Israel es ya una conocida controversia: la emigración masiva de judíos etíopes a Israel y su integración no va sobre ruedas. Los israelís no están acostumbrados a hermanos judíos africanos y que además, tienen una interpretación del judaísmo bastante alejada del original.

Así que, cuando un joven norteamericano reencuentra sus raíces judías más ortodoxas, y se deja seducir por el sonido de los compañeros de camino del antiguo testamento, no está haciendo piruetas en al aire sino que se aposenta sobre un complicado andamio histórico.

Matisyahu es transcultural, transhistórico y transmusical. Y, gracias a este carácter casi Manu Chao (Manuchaju), tiene un gran éxito en todo el mundo.

lunes, 14 de julio de 2008

Tecnoemocional

Arcadi Espada escribe sobre la polémica despertada por el libro y las declaraciones de Santamaría. En ellas acusa a la nueva cocina llamada tecnoemocional, la cual tiene como pionero y representante absoluto Ferrán Adriá, de ser perniciosa para la salud y esnob. En su artículo cuenta Espada que va una vez al año a comer a ElBulli y que puede asegurar que todos los que desconfían de la calidad de la cocina de Adriá caerían bajo sus encantos ya que es irresistible.

Yo no he ido aùn a comer al ElBulli, cosa que lamento y que pienso remediar en el plazo de los próximos años. Tampoco quiero entrar en la polémica arriba mencionada que ya está tratada suficientemente en los medios de comunicación y con particular rigor en el artículo de Espada. Mi razón para escribir sobre el tema es una reflexión de tipo antropológico-cultural.

Este año he comido por primera vez en un restaurante de cocina, digamos, tecnoemocional, un nombre en sí poco atractivo pero que describe bien la experiencia que es comer en un lugar como Can Roca que es donde estuve yo.

Reconozco mi ignorancia sobre el tema porque aunque había oído hablar mucho de Adriá y su cocina molecular no me había dado cuenta de que realmente se trataba de un concepto completamente distinto de lo que yo conocía hasta ahora como restauración. Yo me había quedado anclada en la nouvelle cuisine de los años ochenta.
Cuando comí en Can Roca pasé por una experiencia nueva. Yo era la única española en un grupo de holandeses. Pedimos un menú degustación, que ahora comprendo es lo lógico en este tipo de comida porque de lo que se trata es de vivir las más experiencias posibles. Los camareros iban contando lo que había en cada plato (es para usar una palabra que todos conocemos) en inglés. En un cierto momento, uno de los camareros me sopló al oído: Es un recuerdo de ensaladilla rusa. Pensé:- Vaya cursilada, -para mis adentros hasta que me puse en la boca el líquido que salía de la esfera color crema nadando en mi plato.
El gusto de ensaladilla rusa era total, pero no la ensaladilla rusa despersonalizada de los congelados, sino exactamente como la hacía mi madre. El recuerdo de los veranos, de las comidas en el comedor de mis padres, de los vermuts en familia... todas estas instantáneas se agolparon de repente en mi memoria.

Aún no me había recuperado de esta ataque por sorpresa a mi memoria gustativa cuando me trajeron una ¨deconstrucción¨de sopa de pan con bacalao y judías, todo esto, huelga decirlo, en formato microscópico. Otra vez se me agolparon los recuerdos de las cenas de la infancia con sopa de pan y tortilla, la familia sentada a la mesa, los deberes del colegio, las peleas entre mis hermanos y yo, la mesa de la cocina donde cenábamos los pequeños.
Los otros comensales que no compartían este pasado de gustos conmigo juzgaban la comida por lo que les aportaba ahora: les gustaron e impresionaron los platos estrambóticos y deliciosos que nos iban trayendo.
Para mí era la primera experiencia con lo que es la deconstrucción en la cocina, este despliegue de gustos y de texturas inesperadas que te descolocan porque no se corresponde en tu memoria el sabor con la textura.

Si lo entiendo bien la cocina tecnoemocional solo puede funcionar si hay un pasado de recuerdos almacenado en la memoria que le da la dimensión "emocional" a la experiencia de comer. Una dimensión que va más allá del confort food, esas comidas que nos gustan cuando estamos deprimidos, enfermos o cansados porque nos recuerdan momentos de seguridad infantil. En la comida tecnoemocional estos recuerdos de seguridad se desplazan, se mueven y te sorprenden de una forma, que te hace sentir muy vivo. Vivo en el sentido de que durante microsegundos eres consciente de lo que te forma, de como estás construído.
Después de una comida así no te sientes meramente satisfecho por haber comido bien, es una satisfacción más cercana a la que se siente después de ver una película de Woody Allen o después de haber hecho algo creativo. En mi caso me sentí sorprendida por mi identidad y por las piezas que las construyen. Como si fueran amigos que no hubiera visto en mucho tiempo.


La cuestión es, para mí, como pueden estos creadores conseguir que esta experiencia tan local pueda ser global. Es decir, ¿cómo es que viene gente de todo el mundo a comer a ElBulli si no han comido nunca de pequeños ensaladilla rusa?
Me pregunto si el genio de Adriá radica en que puede hacer estas deconstrucciones con los pasados de otras culturas y otras historias culinarias. Si es capaz de llegar a los recuerdos de eslovacos y japoneses por igual.

El éxito global de Adriá me dice que realmente debe ser un artista, porque el verdadero arte es el que sobrepasa la experiencia íntima y local para apelar a cualquier persona sensiblemente abierta a la experiencia, ya sea música, literatura o comida.
La otra razón es que todos los artistas que conozco están un poco locos. Sin esta locura no se atreverían a ser los primeros en hacer algo innovador, inverosímil y en contra de las llamadas a la sensatez. Hay que ser muy creativo y chalado a la vez para ser EL PRIMERO al que se le ocurre hacer sopa en forma de spaguetti de tres metros. Si no fuera por estos espíritus creadores aún estaríamos lavando a mano, haciendo música con una botella de anís y un palo y comiendo cada día patatas con judías.

Porque quiero ira a ElBulli:

domingo, 13 de julio de 2008

Exposición de Isabel Koopman en San Francisco

Isabel Koopman expone parte de su nueva colección en San Francisco. Aquí se pueden ver tres de sus colecciones más recientes.


¨Through my work,
I want to share
with the viewer
the same window
as I see the world,
from a visual spectrum
of imperfections
that can turn into beauty¨.




miércoles, 9 de julio de 2008

Noticia bomba



Según una encuesta realizada en Holanda por el Nationaal Studentenonderzoek entre 1775 estudiantes universitarios y de peritaje, la revista preferida por la mayoría de los encuestados es el Donald Duck, que es la versión holandesa del Pulgarcito o el Tío-Vivo de mi infancia.
Las estudiantes del género femenino se decantan por YES, una revista para veinteañeras comparable al Pronto.
Aparte de esta lectura, los estudiantes pasan tres horas al día mirando televisión y cinco horas y media conectados a Internet.

Yo, francamente, ante estos datos me quedo sin palabras.

martes, 8 de julio de 2008

Saber perder


Por fin y con un retraso de 64 años ha tenido éxito un atentado contra Hitler. Lo que no consiguió el Conde Claus von Stauffenberg, lo ha conseguido un furioso berlinés: decapitar la figura de cera de Hitler que se exhibía en el Museo de Madame Tussaud en Berlín.

La figura ya había despertado mucha polémica entre los que decían que era de mal gusto representar a Hitler y los que defendían su figura como componente ineludible de la historia. El museo había anunciado que, a diferencia de las otras figuras, los visitantes no se podían hacer fotos con la representación en cera de Hitler. La razón era evitar que su imagen se usara para propaganda (neo)nazi, algo que está prohíbido en Alemania.

Que Alemania luche aún con la aceptación de su pasado no es sorprendente. Es un pasado convulso y que costó 55 millones de muertos a Europa. No sorprende que en Alemania se discuta la legitimidad de la presencia de Hitler hecho de cera, eso sí, representado en el momento de su fracaso final. La dirección del museo indicó que se había escogido la representación de la derrota para no exaltar la mitificación de la figura de Hitler.


Mientras tanto en Inglaterra, el museo de cera de Londres tiene una figura de Hitler, desde ya hace años, amenazante, incluso levantando un puño agresivamente.



¿Por qué nadie ha decapitado el Hitler inglés? Me pregunto.
Solo el sentimiento de culpa explica la reacción furibunda de los berlineses contra la imagen. O es que están aún procesando la derrota. Como me comentó un amigo mío alemán después de la derrota de la selección alemana ante la selección española: es que los alemanes cuando perdemos, perdemos de verdad....

lunes, 7 de julio de 2008

Un mundo (significativemente) feliz

Quien diga que el modelo del catalán y del europeo emprenyat es un reflejo del descontento global está muy equivocado. Según una investigación longitudinal de la Universidad de Michigan somos cada vez más felices.
En una investigación que va desde el 81 hasta el 2007, los investigadores constatan un aumento de los países que se consideran felices. En los primeros diez puestos están los países con mayores ingresos y tradición democrática, como Holanda y Dinamarca.
Los países que han entrado en el ranking por primera vez son la China y países de la Europa del Este que hace unos años se consideraban infelices. Los investigadores atribuyen el cambio al avance económico (China) y al aumento de la libertad personal producto de la democratización de la sociedad. El país más infeliz, no es de extrañar según estas premisas, es Zimbawe.

La primera vez que la felicidad formó parte de los objetivos políticos de una nación fue en la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos donde los rebeldes americanos declararon literalmente
We hold these truths to be self-evident, that all men are created equal, that they are endowed by their Creator with certain unalienable Rights, that among these are Life, Liberty and the pursuit of Happiness.

Y en España la gran revolución política de la Constitución de Cadiz de 1812 fue incorporar la felicidad de la nación en el punto 13.

Los liberales del siglo XIX tenían razón, según los estudios del profesor Inglehart y su equipo. Lo que nos hace felices es la igualdad de oportunidades (para ganar dinero), la libertad y la búsqueda de la felicidad.

En este corto de un cineasta de San Francisco podemos oír cuáles son las cosas que nos hacen felices. El director invita a viandantes a subir a su coche, les invita a tomar algo, y les pregunta lo que les hace felices en base al libro de Bertrand Russell: The conquest of Happiness.



Aquí hay un vínculo con la revista Psychological Science donde se publicó el artículo de Inglehart.

domingo, 6 de julio de 2008

Ex-actitudes: las tribus urbanas

Una muestra de la aparente humana contradicción entre querer ser uno mismo y a  la vez pertencer al grupo son las tribus urbanas. Mi observación es que ya no son solo los temidos gangs provenientes de barrios depauperados. Las tribus urbanas ya van sustituyendo las antiguas clases sociales y los lazos familiares. Nos unimos por grupos de edad, de interés, por barrio, por una afición común, o por razones laborales o ideológicas.

Early Birds, Rotterdam, Versluis en Uyttenbroek
 

De esto trata el trabajo de Exactitudes: la antropología de las tribus urbanas fotografiadas (si haces click en las fotos, van pasando las páginas). Desde hace trece años el fotógrafo de Rotterdam Ari Versluis y la estilista Ellie Uyttenbroek están registrando las culturas y subculturas urbanas. Empezaron con Rotterdam pero ahora, muy acertadamente, se han globalizado. Las tribus urbanas no están ya ligadas a una nacionalidad sino a aquello que los define como grupo, ya sea la homosexualidad o la edad. La website Exactitudes, una contracción de Exacto y Actitud, muestra una impresionante documentación sobre los esfuerzos que hacemos para ser diferentes para poder seguir siendo iguales. La uniformidad de la presentación de los diferentes códigos de vestido y la selección de los fotografiados hace de la experiencia un cruce entre documental y arte, con énfasis en la segunda palabra.


Entra y disfruta. A ver si te encuentras.




Exactitudes - BBC Culture Show 2008

viernes, 4 de julio de 2008

El Moussel Legrain construye

Durante mi reciente estancia en Barcelona me encontré con un viejo amigo.
Estaba en una pequeña droguería buscando un gel de ducha cuando le vi: el Moussel Legrain.

Iba vestido con un frasco octogonal muy parecido al original, aunque no podría decir en qué se diferencia el actual del frasco antiguo. El olor era, efectivamente, tal como lo recordaba. Le pregunté al dependiente-dueño de la tienda si también tenía la colonia, a lo cual me contestó escuetamente: -Això era quan eres petita-, y tenía razón.



El Moussel Legrain, un elemento del paisaje de mi infancia. El frasco, y sobre todo el olor, están grabados en algún lugar de mi memoria. Una oleada del antiguo placer me alcanza al sentir su olor, al que asocio con ¨estar limpio¨. Esta es la primera sinapsis en mi cerebro, sinapsis que se amplia con el recuerdo de mi madre, de la antigua bañera de la casa de mis padres, de momentos vividos sin futuro ni pasado. Creo que se llama nostalgia.

Llegado este punto, uno puede pensar que estos recuerdos son muy personales e íntimos y que carecen de universalidad. Pues el que piense esto se equivoca.

Porque una simple búsqueda en Google da, al menos, tres páginas de referencias del famoso Moussel de Legrain provenientes, en su casi totalidad, de blogs. Es decir, que mi íntima y nostálgica reacción ante el frasco de moussel es tan común como sentir nostalgia de las patatas fritas con cerveza para el aperitivo.
Hordas de blogueros nos hablan del momento en que olieron el moussel y les retornó a la infancia, al recuerdo de su madre y a la bañera de la casa familiar.
No por sabido me deja de sorprender: que los recuerdos, es decir, las piezas que nos construyen sean, a la vez, tan íntimas y a la vez tan generales. Yo puedo sentir el moussel como algo muy mío, parte de mi mundo interior pero es algo que tengo en comùn con miles de personas.

Si pasado compartido lo que forma la cultura común, el Moussel Legrain es cultura.

jueves, 3 de julio de 2008

La metafísica de los medios de comunicación

¿Tenemos bastante sinapsis para poder leer un libro como se hacía hace cincuenta años? Los que hemos crecido mirando la televisión, y los que han crecido con el ordenador, ¿tenemos bastante experiencia cerebral para descodificar palabras, frases y significados?


miércoles, 2 de julio de 2008

Crearse a uno mismo... gracias a web 0.2




Copio este post del blog de Wilfred Rubens sobre tecnología y educación:

Explorar la propia identidad con el software social

Michael Welsch es globalmente conocido con sus vídeos en YouTube en los que ilustra como el web 2.0 influye nuestra sociedad. Lo que no sabía es que Welsch en principio quería estudiar la subcultura de los usuarios de You Tube. Y ahora forma parte prominente de esta subcultura. Esto es lo que pone The Chronical of Higher Education.

Cito un fragmento de la noticia del Chronical, en la que comentan una coferencia que  Welsch dio recientemente, en la que habló de las consecuencias del software social


Dice que muchos bloggers en You Tube, que graban diarios personales y comentarios regularmente y los ponen para que los vea todo el mundo, usan la tecnología para explorar sus identidades. En lugar de emprender un viaje solitario para "encontrarse a sí mismo", estos You Tubers prueban diferentes performances para una audiencia online y hacen cambios basados en la reacción y los comentarios del público. "En lugar de encontrarse a sí mismos", dijo, "se están creando a sí mismos".