Eugenia Codina Desde mi ventana

lunes, 28 de marzo de 2011

Mujeres



Estoy tendida en la camilla del aparato de radiación.

El personal de radioaterapia me ayuda a colocarme bien. Es un trabajo milimétrico y de precisión. Para este fin me han tatuado varios puntos en el torso que hacen de coordinadas, de forma que el haz de luz caiga exclusivamente en el cuadrante que hay que tratar. Una vez estoy en la posición adecuada no puedo moverme hasta que termine la sesión.

Tengo una enfermera a mi derecha y un enfermero a la izquierda. Hablan entre ellos. Me colocan. La enfermera tiene la cara seria, me mira con gravedad. Me mira otra vez. Me mira fijamente. Me está empezando a alarmar. ¿Habrá visto algo preocupante en la zona a radiar?.

Entonces se le rompe la cara seria y me dice: - Perdone que la mire tan fijamente pero es que me encanta la sombra de ojos que lleva. ¿Qué marca es?-

La hubiera podido besar.

sábado, 26 de marzo de 2011

Médicos

Patos, conscientes de ser patos, nadando tranquilamente en el Bergse Plas

Dedicado a todos los que, viéndose de repente sumergidos en el mundo de la sanidad, tienen que aprender a entender la lógica médica.



Van cuatro médicos a cazar patos. El primer médico, un psiquiatra, va delante.

De entre los matorrales sale volando un pato. El psiquiatra apunta y dice:
- Tiene aspecto de pato, pero... habría que ver cómo sobrelleva el pato la carga de ser pato y si en verdad es su deseo ser pato. Porque de lo contrario, a pesar de tener aspecto de pato, no debiera ser considerado pato.
A esta altura el pato ya estaba muy lejos para dispararle.
- Mejor dejáme a mí - dice otro de los médicos, un clínico.

Y siguen caminando cuando nuevamente un pato levanta vuelo.
El clínico apunta y dice:
- Tiene cola de pato... tiene pico de pato... tiene alas de pato... y vuela como un pato, por ende ha de ser un pato.
Pero ya el pato se encontraba fuera del alcance del arma.

-!El próximo pato es mío! - reclama, harto de tanta estupidez, el tercer médico, un cirujano.
Todos siguen caminando y algo, que nadie alcanza a ver qué es, sale de entre los juncos. Rápidamente el cirujano apunta y dispara certeramente sobre el ave.
Todos se quedan mirando:
- Pero... ¿era un pato? - le preguntan.
- No sé, que lo vea el patólogo.

Va el patólogo, el cuarto integrante del grupo, a buscar el animal muerto.
Al rato vuelve con un hermoso pato colgando de su mano. Todos le preguntan:
- ¿Y... es un pato?
- No lo se. La muestra es insuficiente.

Referencia; sacado del blog http://tierralibertad.com

viernes, 11 de marzo de 2011

Estorninos

Desde hace una semana corre esta filmación por internet. Se trata de una nube de estorninos sobrevolando la ciudad de Utrecht, concretamente el barrio de Hoograven. El espectáculo natural se produce porque los estorninos entran y salen de formación para aturdir a los halcones que quieren atacarles. El resultado es un ballet aéreo. Parece una instalación artística, un cuadro abstracto en movimiento.

El éxito viral de este vídeo es tal, que los estorninos ya han salido dos veces en el telediario holandés. La razón no es la vertiente artística del fenómeno, sino la más prosaica: los vecinos de Hoograven se quejan de que la caca de pájaro está cubriendo todo el barrio.

Seres insensibles.

jueves, 3 de marzo de 2011

El ganso que fue al médico

Miércoles por la tarde.

Salgo del St. Franciscus Gasthuis, el hospital donde me acaba de la inmunoterapia.

Me topo con un ganso intentando entrar por la puerta giratoria.

La hilaridad a mi alrededor es grande.

Una chica sentada en una silla de ruedas con la pierna escayolada, le dice a su acompañante: -Mira, éste también viene a urgencias-.

Un sexagenario con cara de malas pulgas, dice (a pesar de las malas pulgas): -Lo que me faltaba, voy a estar con un ganso en la sala de espera-.

Después de dar un par de vueltas con pinta de despiste, el buen ganso se marcha. Enfila por la carretera de salida del hospital provocando la irritación de los taxistas y los conductores de ambulancias que se ven obligados a sortearlo para no aplastarlo.

Al fin y al cabo estamos en el país del Partido de los Animales. Una infracción de este tipo sería imperdonable.