Eugenia Codina Desde mi ventana

viernes, 31 de octubre de 2008

Isabel Koopman abre su estudio

Dear Friends:
The last weekend of San Francisco’s annual Fall Open Studios event will be on Saturday and Sunday, November 1 & 2 and my studio will be open.

He recibido esta invitación de Isabel Koopman. Open Studios es una manifestación artística que se celebra varias veces al año en San Francisco. Los artistas residentes en Hunter`s Point, donde se encuentran 150 talleres, abren sus puertas al público durante dos días.

jueves, 30 de octubre de 2008

Mariachi para Obama

Me pregunto cuando habrá en las campañas electorales españolas anuncios en la lengua de los inmigrantes para votar por su nuevo país:

martes, 28 de octubre de 2008

Mi propio Boltanski

Christian Boltanski es un artista francés que lleva treinta años haciendo instalaciones en las que recopila artefactos que reconstruyen el pasado y se enfrentan a la muerte y al olvido. Ya sea de su infancia: Tous que reste de mon enfance, o de todo un grupo como en Reserves que rememora las víctimas del Holocausto, un tema recurrente en Boltanski.
Recientemente he oído a Boltanski decir en una entrevista, que lo que hace él lo puede hacer cualquiera que así lo desee, hasta tal punto que ya considera que su misión creadora radica en estimular a los otros a hacer su propia obra a partir de sus recuerdos y artefactos.

Nombre de la obra: Le temps passe mais les souvenirs restent
año: 2008
autor(es): Eugenia, Ruud y Jacques (según una idea de Boltanski)


En marzo de este año murió repentinamente mi amigo Jacques de un infarto. Jacques vivía solo, no tenía hijos. Después del entierro, su familia vendió la casa, la vació y nos dijo a los amigos que podíamos quedarnos lo que quisiéramos. Mi marido y yo recogimos discos, libros y cartas que guardamos en el despacho y que allí siguen porque aún no hemos decidido qué hacer con lo que queda de la vida de Jacques: libros de viajes, vinilos de ópera, cartas, una cajita indonesia y un buda.

En junio murió repentinamente nuestro amigo Ruud de un infarto. Ruud vivía solo y no tenía hijos. Ruud era un coleccionista de todo tipos de artefactos, especialmente todo lo relacionado con ordenadores Mac. Después del funeral, la familia vació la casa y nos dijo a los amigos que podíamos llevarnos el resto de recuerdo. Así lo hicimos, y lo pusimos, de nuevo, en el despacho. Esto es lo que queda de la vida de Ruud: libros, más libros, una impresora y una mochila.

Esto es todo.

lunes, 27 de octubre de 2008

Koosnaampje


Putxi en el Barrio Gótico de Barcelona, 2008

A raíz de un post que escribí sobre los beneficios de Internet para las relaciones familiares, Red, dulce red, recibí un cariñoso mensaje de Marta, mi prima, que vive muy lejos de Rotterdam, confirmándome que ella también estaba más unida a la familia repartida por el mundo gracias a Internet.
Este mensaje me lo escribía usando el diminutivo que usábamos de pequeñas tanto para ella, como remitente, como para mí como destinataria. Me recordó que, en realidad, en mi familia nunca nos hemos llamado por el nombre verdadero, sino que era una tradición familiar inventar otro nombre cariñoso para todos los seres queridos.

No es una costumbre solo de mi familia, evidentemente, sino que es algo muy extendido. En Holanda como no les gusta dejar nada al azar, ya deciden de antemano el doopnaam (nombre de bautizo) y el roepnaam (nombre para llamar). Mi marido, al que sus padres bautizaron con los raciales nombres de Tjeerd y Eedse (doopnamen), no ha sido nunca llamado así por su familia. En la participación de nacimiento ya avisaban que pensaban ¨llamarle¨Theo (roepnaam) el resto de su vida.

En español existe la palabra apodo y en inglés nickname pero no cubren exactamente el mismo significado que las palabras que nos inventamos para llamar a los que queremos. En español sería nombre cariñoso y en inglés name of endearment, palabras terriblemente largas para describir un sonido que casi siempre es un diminutivo. En este sentido me gusta mucho la palabra holandesa koosnaam, o en diminutivo, koosnaampje, que quiere decir `el nombrecito para querer¨ pero que en holandés se puede decir de una tirada.

En la Bélgica flamenca (donde se habla neerlandés) hicieron una encuesta para saber cuáles eran los koosnaampjes más usados. Los tres nombres más usados eran: col (chou), bolita (bolleke)y tesoro (schat). En Holanda se oyen todo tipos de variantes de schat, como schatje (tesorito) y scheetje (caquita).
En el tema cucurbitáceas, los americanos tampoco se quedan cortos. A mi sobrino americano su padre siempre le ha llamado pumpkin (calabaza).
Y, también en el terreno de los comestibles, en Francia he oído chou-chou (col-col) y petit canard (mi patito).


Esta creatividad de los hablantes en sus relaciones afectivas dice mucho sobre la vitalidad de la lengua porque da una medida de que la lengua se uitiliza y que el hablante juega con ella.

Me pregunto cuáles son los nombres más usados en español y en catalán y cómo estamos de creatividad en este sentido. No sé si ha hecho alguna investigación al respecto pero sería una buena buena forma de pronosticar la salud de las dos lenguas.

Xius
Rotterdam, 2008