Patos, conscientes de ser patos, nadando tranquilamente en el Bergse Plas
Dedicado a todos los que, viéndose de repente sumergidos en el mundo de la sanidad, tienen que aprender a entender la lógica médica.
Van cuatro médicos a cazar patos. El primer médico, un psiquiatra, va delante.
De entre los matorrales sale volando un pato. El psiquiatra apunta y dice:
- Tiene aspecto de pato, pero... habría que ver cómo sobrelleva el pato la carga de ser pato y si en verdad es su deseo ser pato. Porque de lo contrario, a pesar de tener aspecto de pato, no debiera ser considerado pato.
A esta altura el pato ya estaba muy lejos para dispararle.
- Mejor dejáme a mí - dice otro de los médicos, un clínico.
Y siguen caminando cuando nuevamente un pato levanta vuelo.
El clínico apunta y dice:
- Tiene cola de pato... tiene pico de pato... tiene alas de pato... y vuela como un pato, por ende ha de ser un pato.
Pero ya el pato se encontraba fuera del alcance del arma.
-!El próximo pato es mío! - reclama, harto de tanta estupidez, el tercer médico, un cirujano.
Todos siguen caminando y algo, que nadie alcanza a ver qué es, sale de entre los juncos. Rápidamente el cirujano apunta y dispara certeramente sobre el ave.
Todos se quedan mirando:
- Pero... ¿era un pato? - le preguntan.
- No sé, que lo vea el patólogo.
Va el patólogo, el cuarto integrante del grupo, a buscar el animal muerto.
Al rato vuelve con un hermoso pato colgando de su mano. Todos le preguntan:
- ¿Y... es un pato?
- No lo se. La muestra es insuficiente.
Referencia; sacado del blog http://tierralibertad.com
4 comentarios:
Y cómo nos ponemos en sus manos ciegamente, como si fueran demiurgos... Pobres patos.
Un abrazo, Eugenia.
Genial!!
Buenísimo!!
Es que la ciencia médica aún funciona a perdigonazos.
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