Eugenia Codina Desde mi ventana

martes, 7 de abril de 2009

Mma Rambtoswe y Dambisa Moyo

El domingo por la noche, la BBC emitió el tercer capítulo de la serie llamada The Number One Ladies Detective Agency. Una serie, como su nombre indica, sobre una agencia de mujeres detectives en la capital de Botswana, Gaborone. La agencia es propiedad de Mma Precious Rambtoswe, una mujer que no se arredra ante nada ni nadie. La serie esta basada en una serie de libros escritos por Alexander McCall Smith, autor escocés nacido en Zimbawe.

Mma Romtoswe ante su agencia

La serie me enganchó desde el primer capítulo. En realidad, no cuenta ninguna historia especialmente revolucionaria. Se trata de las peripecias de Mma Ramtoswe y su secretaria, Grace Makutsi, buscando maridos, coches o perros perdidos. No fue hasta que leí un artículo sobre Dambisa Moyo y su libro Dead Aid que me di cuenta del por qué las Ladies Detectives resultan tan atrevidas y refrescantes.

Dead Aid (o La ayuda que mata) es un libro escrito por la economista Dambisa Moyo sobre las repercusiones que las ayudas económicas han tenido en la totalidad del continente africano. Su tesis es que es la ayuda de los países occidentales lo que está matando a Africa. Naturalmente, este tipo de tesis despierta una primer reflejo de rechazo. Va contra la intuición y el sentido común: si deja de llegar ayuda económica, la situación va ser aún pero que ahora, piensa uno. Desgraciadamente, el rechazo que ha provocado tiene que ver sobre todo por la implicación más banal, que es la crítica a famosos como Bono y Bob Geldof que han sido los grandes introductores de la ayuda a Africa como un accesorio de buen gusto en el estilo de vida occidental.

La economista Dambisa Moyo, otra mujer que no se arredra ante nada ni nadie

Moyo aboga por parar las ayudas económicas a los países africanos, excepto en caso de calamidades puntuales, y dejar que el continente construya una economía propia en el curso de los próximos cinco años. Aunque estoy segura que la situación es mucho más compleja de lo que Moyo describe, sus argumentos no dejan de tener cierta lógica. El principal argumento de Moyo para abolir la ayuda es que la mayoría de gobernantes africanos siguen en sus puestos porque el dinero sigue llegando desde occidente. De esta forma ellos no están obligados a mantener y mejorar las infraestructuras de sus países respectivos y como los habitantes, que sobreviven a duras penas gracias a la caridad, no pagan impuestos, no tienen el marco psicológico adecuado para exigir de sus gobernantes que hagan su trabajo adecuadamente. Ya se sabe que no fue dios quien nos creó a todos iguales sino Hacienda: el ciudadano que paga impuestos exige gobierno.
El libro es controvertido porque toca el tabú de la caridad occidental y su mala conciencia sobre el pasado colonial en Africa.

En la televisión holandesa, por ejemplo, las imágenes que llegan de Africa son siempre negativas, testimonio de pobreza, miseria y enfermedad. Que el continente africano tiene problemas muy graves es una realidad, pero esta es la única parte de la realidad que me llega como espectadora. La constante propaganda y manipulación de las agencias que se dedican profesionalmente a la ayuda llega a irritar y a insensibilizar al espectador en lugar de motivarlo a mostrar su solidaridad. Esta es una de las críticas de Dambisa Moyo: los intereses creados en Occidente producto de la profesionalización de la ayuda a Africa. El hecho es que un sector de la población depende de que la máquina siga funcionando... no solo en Africa sino también en Europa.

En la The Number One Ladies Detective Agency veo por primera vez imágenes de un país africano donde los personajes se comportan de forma normal. Mujeres emprendedoras con una agencia de detectives que tienen como vecino a un peluquero homosexual y como cómplice para resolver los casos al solterón dueño del garaje de al lado. Estos son algunos de los personajes que pueblan la serie. Todos ellos con una vida propia, capaces de dirigir su vida y de sobrevivir en su entorno.

Las detectives trabajando

Aunque las detectives usen máquina de escribir en lugar de ordenador y tengan que apartar las gallinas del porche antes de entrar en la agencia, aunque el hermano de la secretaria esté enfermo de SIDA, aunque no haya carreteras asfaltadas, la serie emana vitalidad, iniciativa y joie de vivre. Resumiendo: no son africanos deshumanizados por la compasión que nos despiertan, son personas. Personas autónomas que llevan una vida normal y se enfrentan a las dificultades como todo quisque.


El núcleo protagonista

Se trata de un trabajdo de ficción, una coproducción entre la HBO y la BBC, basado a su vez en otro trabajo de ficción, las novelas de McCall Smith. Aún así, aunque la ficción solo sea una destilación de la realidad, no se puede negar la influencia que tiene en la imagen que nos formamos de países, ciudades y tiempos pasados. Si la ficción sirve para interesarnos en un país o en un tema y así cambiar la perspectiva con la que miramos la realidad, bienvenida sea.

El libro en que se basa la serie

Esta es el Africa que Moyo reivindica en su libro, Dead Aid. No es casualidad que en su libro cite a Botswana como uno de los pocos países africanos que sobrevive sin ayudas económicas occidentales.
Africa tiene unas relaciones públicas malísimas, argumenta la economista. Esperemos que las Ladies Detectives también sean capaces de resolver este misterio.

De momento están haciendo las mejores Relaciones Públicas para Africa que he visto en muchos años.

Un corto trailer de la serie, suficiente para dar una impresión del ambiente que emana:

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