Eugenia Codina Desde mi ventana

jueves, 27 de agosto de 2009

Hombres



Hace unos días vi en Barcelona la película Millenium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres. Un thriller sueco con mucho suspense, una buena trama y unos personajes lo bastante originales como para hacer que la historia sobresalga por encima del género de detectives al uso.
La película, basada en el libro del mismo nombre de Stieg Larson, toca el tema de la violencia doméstica. Un tema, afortunadamente, del que cada vez se habla más abiertamente. También se usa el término ¨violencia de género¨, que tiene una connotación estigmatizante hacia un género, el masculino, en este caso. Los hombres pertenecen al género que ataca y las mujeres al género que es víctima de los ataques.
Desgraciadamente este es el caso la mayoría de las veces. Pero me parece injusto poner a todo el género másculino en esta categoría.

Esta es la razón por la que escribo este post: quiero romper una lanza por los otros hombres, los hombres que sí aman a las mujeres.

En los últimos cinco años el Alzheimer de mi madre ha ido progresando tal como habían pronosticado los médicos. Durante estos años he conocido a hombres asombrosos. Hombres nacidos y educados antes de los años setenta, mucho antes de que el feminismo reinvindicara la igualdad de derechos para las mujers. Sin embargo, estos hombres saben perfectamente lo que es la igualdad y el amor. Son los que a la hora de la verdad se comportan como amigos y compañeros de las mujeres.

Me refiero a mi padre, el cual, frío o calor, está al lado de mi madre. La cuida con cariño, con fidelidad y sobre todo, con amistad, día tras día, año tras año. Desde los primeros pasos de la enfermedad hasta el momento actual, cuando necesita cuidados de todo tipo.

Pero no solo me ciega el amor filial porque en los años de entrar y salir de centros de día, residencias y neurólogos he conocido a hombres como Angel que, cada día con un cucharilla o un cuentagotas le da la comida y la cena a su esposa paralizada. Su dedicación a su compañera, Manolita, es incondicional.
Me refiero también a Pepe, que cada día trajeado y arreglado llevaba a su mujer, Isabel, al centro de día. Se quedaba con ella durante horas en el centro, y luego, cuando iba a casa, la lavaba, la vestía y la alimentaba. Cada día, cada día.

Y no solo hay hombres que cuidan a sus compañeras hasta el último momento. Hay también hombres que cuidan a sus madres, como Toni que va diariamente va a ver a su madre, Lolita, también con Alzheimer. La alimenta, le hace bromas, la hace moverse. Y si él no puede ir, va su pareja, Tino, el cual hace los honores con paciencia infinita (porque Lolita suelta algún sopapo de vez en cuando).

Pasada la fase de las palabras bonitas y los gestos románticos solo los hombres que aman de verdad saben como seguir haciéndolo.

Y por esto me parece injusto hablar de los hombres como el género que no ama a las mujeres.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Querida Eugenia, felicidades por tener la perspicacia suficiente para no dejarte arrastrar por el ruido mediático y percatarte de que los varones no son, por definición, maltratadores. Pese a ello sigues creyendo, como casi todo el mundo, que en la pareja los maltratadores son más ellos que ellas. Las cosas, en realidad, tal vez no estén tan claras: numerosísimos estudios internacionales demuestran que, con unos u otros matices, el número de mujeres que maltratan a sus parejas es comparable al de los varones que hacen otro tanto. Puedes ver un montón de datos recopilados sobre esta cuestión en www.absurdistan.eu

(athini_glaucopis@hotmail.com)