Eugenia Codina Desde mi ventana
domingo, 20 de diciembre de 2009
La memoria se paga
El peso del pasado
Esta semana los periódicos españoles han dado dos noticias relacionadas con la memoria y la historia. Lo que me ha sorprendido son las noticias que no se han dado.
Primero fue el robo del lema en el ahora Museo Memorial de Auswitchz. El robo ha despertado asombro e indignación. Asombro porque parece una tarea ímproba soltar el letrero hecho de hierro forjado, que pesaba cuarenta kilos y tenía cinco metros de largo. Es extraordinario que nadie se percatara del robo. La indignación es lógica teniendo en cuenta el significado que el Memorial de Auschwitz tiene para la humanidad.
Inmediatamente después del robo pusieron un letrero que tenían de reserva. El auténtico tiene una E invertida.
También es una noticia digna de atención la fallida búsqueda de los restos de García Lorca, asesinado en el 36. Sus restos no se encontraban en el lugar donde durante años se ha supuesto que estaban. Gracias a conversaciones con testigos del entierro (no del asesinato) el historiador Ian Gibson había construído una buena argumentación sobre el lugar donde debería encontrarse enterrado el poeta junto con las otras personas asesinadas con él. La decepción es enorme, y pone en duda la fiabilidad de los testigos. (Una compilación de la información sobre este tema aquí).
Alfacar en Granada, donde se creía estaba enterrado Federico García Lorca
Me ha sorprendido que en la semana en la que estas dos noticias relacionadas con la memoria histórica han gozado de tanto espacio en los periódicos, ningún periódico español considerara noticia que dos días antes, el 16 de diciembre, Alemania destinara sesenta millones de euros al mantenimiento del Museo Memorial de Auswitchz en Polonia. Los periódicos alemanes, holandeses, ingleses y americanos sí que han publicado la noticia.
Comprendo que se hable de la indignación que ha despertado en el mundo el robo del lema y de la manipulación que se hace por varias partes de la búsqueda de la tumba del poeta. Justamente por esta razón me parece que es importante señalar el gesto de un país que asume su responsabilidad en la historia y lo más importante, abre el monedero para demostrarlo.
Quizás la indiferencia española ante esta noticia tenga que ver con lo natural que nos parece que los alemanes reconozcan el papel destructor del nazismo. No hay que olvidar que no todos los alemanes eran nazis y que muchos murieron por su resistencia al nazismo. Sin embargo, la nación como entidad, asume la responsabilidad.
Parece un buen ejemplo a seguir ahora que España está trabajando en hacer las paces con su historia. Para ello hay que conocer los hechos y después asumirlos. Y esto cuesta dinero.
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