El día de Navidad del 2009 una fan del Papa con más entusiasmo que sentido común se lanzó encima del Papa, presumiblemente para abrazarlo, de tal forma que lo derribó al suelo.
La caída de hace diez años fue aún más espectacular, entonces fue un meteorito el que derribó al Santo Padre.
Maurizio Cattelan, Nona Hora, 1999
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