Foto de Ashely Gilbertson de su colección: Irak wiskhey tango foxtrot
La vida privada dice más que mil discursos. En este vídeo publicado por El Mundo, el fotógrafo de guerra Ashley Gilbertson cuenta su propia experiencia en las guerras de Irak y Afganistán. Así llega a la conclusión de que la colección de fotos que ha hecho de los dormitorios de los soldados americanos muertos es un documental de guerra tan válido como las fotos del conflicto en sí.
Gracias al Photoshop la fotografía ha perdido cualquier carácter testimonial que hubiera tenido en el pasado, liberándolo para siempre de esta misión unívoca. De la misma forma que, en su momento, la fotografía liberó a la pintura y le permitió abstraerse y dedicarse a la función poética y estética. Ahora le toca a la fotografía el poder contar las cosas a su manera.
Y de esta forma el dormitorio vacío de un adolescente de Estados Unidos es más expresivo que miles de fotos de anónimos soldados vestidos de camuflaje disparando, bombas explotando o exóticas figuras de iraquíes víctimas de la violencia del ejército extranjero.
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