Eugenia Codina Desde mi ventana

domingo, 24 de mayo de 2009

¿Arte? contemporáneo: My dearest Tinkebell


Mi queridísimo gato Pinkeltje, Tinkebell, 2004

A ver, como lo puedo explicar: una artista holandesa, Tinkebell, mata a su gato enfermo, lo desolla y lo convierte en bolso. A raíz de esto, Tinkebell recibe miles de correos electrónicos anónimos con amenazas de muerte y de horrendas torturas. Entonces Tinkebell recopila estos mensajes, busca información sobre los remitentes y publica un libro con sus nombres, apellidos, fotos y direcciones:

Portada del libro Dearest Tinkebell

No me extrañaría que el lector llegado este punto hubiera concluído que en Holanda hay gente muy rara. Por esta razón voy a intentar explicar el contexto de lo que está ocurriendo.
Katinka Simenson, con el nombre artístico de Tinkebell , quiere poner de relieve la doble moral de nuestra sociedad hacia los animales. Por una parte hay un activismo político dirigido a proteger los animales en la bioindustria pero los animales siguen siendo unos desconocidos. Tinkebell define así su propio trabajo: investigo los temas de los movimientos contemporáneos populistas, incluyendo el activismo por el derecho de los animales y sus estrategias. La hipocresía en estos movimientos y su discurso es el foco central de mi trabajo.

Aunque no tenga mucha simpatía por la acción de Tinkebell, no le puedo negar razón al nombrar la relación de los holandeses con los animales como hipócrita. En realidad, como en tantas sociedades ricas, en Holanda los humanos y los animales se han disasociado desde hace ya tiempo. Los animales son animales de compañía o están destinados al consumo. El resto de animales fuera de estas categorías ocupan un lugar tangencial: patos y gansos en los canales, molestos mosquitos en las aguas estancadas, ratas en las cloacas y animales salvajes en cautiverio en los zoológicos. Los gatos, perros y conejos (una de las mascotas favoritas de los niños) son tratados como animales de peluche. Los otros animales se descuartizan de tal forma que, cuando uno va a la carnicería, sean irreconocibles en su origen animal. Cualquiera que esté acostumbrado a las casquerías del sur de Europa o de las carnicerías donde la mitad de un cordero cuelga de un gancho, notará al ir de compras en Holanda, que los bistecs se clonan por generación espontánea y que las albóndigas se hacen en una máquina de ídem, no de un animal muerto, descuartizado y pasado por la picadora.

Una carnicería holandesa mostrando sus productos lo más ¨desanimalizados¨ posible.

La consecuencia es que los jóvenes crecen en Holanda sin haber visto un animal en su propio habitat. Solo han visto animalitos en las ¨granjas para niños¨, que como su propio nombre indica, son granjas que se mantienen artificialmente en las ciudades para que los colegios puedan visitarlos.

Una granja para niños en Rótterdam

A esto se une un movimiento proderechos de los animales originario de Inglaterra pero que también es muy activo en Holanda. Estos movimientos llegan a usar la violencia en sus acciones. El asesino de Pim Fortuyn (asesinado durante la campaña electoral del mayo del 2002) era uno de estos extremistas animalistas que, en su caso, llevó la violencia hasta la última consecuencia. ¿Cómo puede un convencido vegetariano por su respeto a la vida de los animales matar a otro ser humano a sangre fría?.

Pero no todo son extremismos. En Holanda estos movimientos tienen el brazo democrático en el Partido de los Animales, el gran éxito de las últimas elecciones del 2006. Este partido, de reciente formación, ganó cinco escaños. El partido se ocupa especialmente del trato de los animales en la bioindustria, algo por otra parte necesario, porque una visita a una granja avícola le quita a uno las ganas de comer pollo el resto de su vida. Es conocido que los pollitos macho, que no van a poner huevos, se meten en una trituradora en forma de embudo, de forma que cuando algunos animalitos tratan de subir por el embudo para escapar, medio cuerpo ya ha sido triturado. Estos horrores los conoce también Tinkebell, porque una de sus performances ¨Save the males¨, fue amenazar con meter sesenta y seis pollitos macho en una trituradora de papel si el público no los compraba en subasta, responsabilizando así a los presentes del destino de estos animales. Colocó al público en esta performance ante una situación de la que no podía evadirse tal como hacemos diariamente los que consumimos carne de la bioindustria. Después del acto, Tinkebell fue arrestada por la policía pero no hubo juicio ya que es complicado condenar a alguien por hacer a pequeña escala lo que se hace diariamente a gran escala.
Tinkebell, que siempre va de rosa, con los pollitos de Save the males En su empeño en poner en evidencia la actitud contradictoria de los holandeses con los animales, Tinkebell ha perfeccionado el arte de escandalizar, horrorizar e infuriar. Veamos algunas de sus creaciones:
Tinkebell sabe convertir animales de verdad, como perros, en muñecos de peluche. Este perrito sobre ruedas, Fifi, es una forma de enfrentar al público con el hecho de que los niños tratan a los animales de compañía como si fueran juguetes. Con Fifi, según Tinkebell, hecho con la piel de un perrito muerto, los niños tienen un juguete de verdad al que no hay que alimentar ni cuidar.
Otra de sus obras consiste en poner cien hamsters en bolas de plástico en una sala de estar. De esta manera, Tinkebell, critica el uso de los hamsters para el entretenimiento de niños y adultos. El año pasado Tinkebell puso un vídeo en Youtube de una presentación ante un público de 2.000 personas en la que explicaba, apoyándose en diapositivas, como había matado a su gato, lo había desollado y lo había cosido laboriosamente en su máquina de coser hasta convertirlo en bolso. El gato se llamaba Pinkeltje que es el nombre de un personaje de ficción de un libro para niños. Ya digo, Tinkebell, sabe como enfrentar al público con sus fantasmas.
Por esta acción tampoco la pueden condenar. La ley holandesa permite matar a un animal doméstico, lo que está prohibido es hacerle sufrir.

Una portada de Pinkeltje

Fue entonces cuando Tinkerbell empezó a recibir hatemail, es decir mensajes electrónicos con amenazas de muerte y agresiones. Los mensajes son en general muy plásticos. En ellos se amenaza a Tinkerbell con matarla, desollarla viva, despanzurrarla y, en general, hacerle lo mismo que ella le hizo a su gato. Durante meses estos mensajes llegan por miles al buzón de entrada de Tinkebell.
Ejemplo (cito uno de los que contienen menos insultos soeces):
¨¡Estas enferma y espero que alguien te haga lo mismo que le has hecho a los gatos!, ¡Tendrían que encerrarte y ejecutarte! Es inhumano y humillante lo que has hecho con los animales. Espero de todo corazón que mueras de la misma forma horrible que todos los gatos de los que has hecho bolsos.¨

Ante la abrumadora cantidad de hatemail, otra artista diseñadora amiga de Tinkebell, llamada Coralie Vogelaar decide publicar un libro con estos mensajes. Vogelaar se dedica durante tres meses a buscar información sobre las personas que han escrito las amenazas. La única pista que tiene para empezar a buscar es la dirección de correo electrónico de los remitentes.
Ante su sorpresa no tiene grandes dificultades en encontrar y reunir todo tipo de información personal prodecente de Facebook, Hives, blogs y foros. Es decir, en las redes sociales de internet se encuentra todo tipo de datos que los interesados han puesto voluntariamente. Sin demasiadas dificultades, ha inventarizado cantidades ingentes de fotos, vídeos, direcciones, amigos, empleos y edades de los anónimos amenazadores.

El objetivo de Vogelaar y Simonse es experimentar con la impunidad de la anonimidad. Al hacer pública la imagen de las personas que han lanzado las amenazas cambian las reglas del juego y el amenazado amenaza al amenazador. El cazador cazado, es la idea.
En respuesta a cuál era el tipo de persona que se dedicaba a enviar este hatemail, Coralie Vogelaar, ha dicho que la mayoría de las amenazas proviene de mujeres adolescentes, mayoritariamente estadounidenses, y que los mensajes han sido enviados durante la noche lo cual indicaría que se trata de acciones impulsivas, no muy bien meditadas. Esto coincide con la imprudente cantidad de información embarazosa sobre sí mismas que estas adolescentes llegan a poner en la red.

Los abogados han advertido a las autoras de que, legalmente no se puede publicar en papel información que está en la red, aunque los interesados la hayan puesto voluntariamente y que pueden recibir demandas millonarias.
Seguramente no va a ocurrir, porque Tinkebell ya ha avisado, que como en el caso de los pollitos en la trituradora de papel, ella va a denunciar a su vez al que la denuncie por amenazarla con matarla y convertirla en bolso.

Y la pregunta que se hace el lector que ha llegado hasta el final de esta delirante y aleccionadora historia: ¿cómo acabaron los sesenta y seis pollitos?
Pues quince fueron vendidos al mejor postor y los otros cincuenta y uno restantes los acabó comprando el dueño de la galería donde se hizo el performance. La razón fue la violencia que se desató en el público: la trituradora de papel acabó aplastada contra una pared por un furibundo protector de animales y Tinkebell tuvo que salir corriendo. El dueño de la galería llevó los pollitos a la policía aduciendo que los había comprado bajo coacción. No hace falta tener mucha imaginación para deducir lo que acabó haciendo la policía con cincuenta pollitos. Al embudo.

15 comentarios:

Jordi Romeu dijo...

Deu ni dó!, esteu divertits!

Jordi Romeu dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Monica dijo...

Si toda esta historia, interesante por otro lado, es en defensa de esta presunta "artista", creo que no funciona. Matar un gato para quejarse de que eso es lo que hace la sociedad, no la perdona, la convierte en una más de lo que critica, con el agravante de que lo usa para hacer negocio con ello. Y lo que me parece desvergonzado hasta el extremo es sacar un libro con datos para los cuales no tiene permiso de publicación y hacer negocio con ello.
"El fin justifica los medios" parece que predica. Esa frase era de Maquiavelo, y no es conocida precisamente por ser moralmente correcta.
Me da vergüenza que un personaje enfermo como ella (es lo que diríamos de cualquiera que hiciera eso con un gato y no fuera un "artista") sea considerada siquiera como una creadora de arte.

Anónimo dijo...

Vergonzoso

Banderas dijo...

Aunque ya haya pasado algún tiempo desde le publicación de esta entrada no puedo evitar hacer un comentario.

Me ha gustado tu explicación de lo que pretende Tinkebell con sus obras de arte, pero creo que esa tendencia de cierto sector de artistas contemporáneos de provocar por el mero hecho de provocar (aunque sean sentimientos viscerales ocultos bajo un barniz de "educación" o de "civilización") no es buena. Los artistas deben actuar en muchas ocasiones como los "pepitos grillo" de la sociedad, pero no a cualquier precio. El fin no siempre justifica los medios... esa es mi opinión personal.

Anónimo dijo...

Esto es vergonzoso..
aver ella dice que mato al gato porque estaba enfermo y asi lo podía llevar consigo. Eso es una excusa? Acaso ella tiene derecho a decidir como debe morir su gato o como debe permanecer después? Por mucho que ella lo haya cuidado y haya pagado no creo que tenga derecho a hacer algo así. Si tanto lo ha querido.. cree ella que el gato prefiere ser su bolso a morir como deba morir? Y aquí debería ella haber sido un poco empatica y ponerse en el lugar de su gato aver si a ella le gustaría que la matasen y la convirtiesen en bolso. No es una amenaza, solo digo si le gustaria que le hiciesen a ella lo que ha hecho a su gato.

Eugenia dijo...

Escribí este post para contextualizar las acciones de Tinkebell (el efecto lupa por así decirlo) dentro del marco de la sociedad y la cultura holandesas. La relación de la sociedad holandesa con los animales es, por mi experiencia viviendo en los dos países, disitnta a la actitud española.De ahí que me parece útil explicar este contexto de forma que el lector pueda decidir por sí mismo si lo que hace Tinkebell es arte o no, y en cualquier caso, cual es su significado.

No sé si en el ámbito español se ha dado algún tipo de performance de este tipo con animales. Conozco casos en Suecia y en Alemania que han provocado gran consternación. Me pregunto si en España, debido a la cultura sobre los animales tan distinta, la performance también sería distinta.

Por otra parte, también es verdad que en España ya hay performances son animales que despiertan consternación, estupor y apasioandos enferntamientos a favor y en contra. Me refiero a los toros, los sanfermines, y fiestas mayores con todo tipo de actividades con animales.

Patricia dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Marta dijo...

¡Hola!
Soy una joven blogera y hace poco que "investigo" el caso de Tinkebell para exponerlo en mi blog (que es un mix caótico de moda, dibujos, cosas curiosas y investigaciones diversas).
Tu entrada me ha servido para enfocar el asunto de una manera diferente y ahora tengo otro punto de vista con el que comparar mi propia posición ante el asunto.
Dentro de poco publicaré la entrada sobre este caso y, si quieres, comentaré también tu entrada para que se sepa de donde procede toda mi información.
Por cierto, estupendo blog, me encanta y te sigo.

www.besaby.blogspot.com

Bruja Edea dijo...

Está enferma, ni arte ni porras... no puede matar a su antojo a animales, porque constituyen un delito contra los derechos de los animales. Esto es maldad, una acción publicitaria, un asco y un atentado contra la sensibilidad pública. El fin no justifica los medios, y da realmente repugnancia saber que existe gente como ella en el mundo, y que convive en esta sociedad... Y luego qué?, lo hará con niños, con personas también???. Está para encerrar en una sala blanca con una camisa de fuerza pero de acero... y no digo más porque atentaría contra sus derechos como persona que es... yo no soy quien la ha de juzgar, así pues me reservo el derecho de opinión ante lo que quizás se merece!. Tenemos que denunciarla.

Anónimo dijo...

Esta enferma debería estar internada. Sólo pienso en los pobres animales no-humanos que ha masacrado y deseo con toda mi alma que sufra del mismo modo al final de su absurda vida. Pobre gato, y pobres pollos...

Gabriela Tapia dijo...

yo creo que deveria ser internada en un manicomnio solo alguien que esta loco puede hacer una cosa tan cruel con animales indefensos para mi es una loca y se merece que le hagan lo mismo que ella hace a estos pobres animales

Anónimo dijo...
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MUNDO MANUAL dijo...

Definitivamente has donde llega la demencia del ser humano... esta señora tiene que ser arrestada y condenada. Cómo rayos vas a crear "juguetes" con cuerpos de animales loca psicopata

RR dijo...

Si ella de verdad quisiera cambiar algo no lo haría despertando sentimientos viscerales negativos. Como alguien ya escribió aquí, eso no funciona.

Eso habla mal de su pretendida intención de restregarnos en la cara la hipocrecía occidental, su objetivo es superado por las emociones negativas inmediatas de la gente. Digo, esto de ninguna manera nos deja ver lo que hay detrás de las diversas industrias explotadoras de animales.

¿Por qué no mejor hacer algo como el documental "Earthlings"?, eso sí es terrorismo vegano positivo, y despierta consciencias mostrándonos los horrores.

Más bien yo diría que esa dizque artistilla crítica "geniesilla", se carga una psique de lo más antisocial.