Eugenia Codina Desde mi ventana

sábado, 11 de julio de 2009

París

Estoy visitando París durante unos días. Hoy he estado en el Museo Rodin y sus jardines. Como la obra de Rodin es ampliamente conocida con poco que diga está dicho todo. La obra es magnífica, el Pensador es una obra imponente, los jardines salpicados con sus esculturas son un alarde de diseño de jardinería francesa. Rodin hizo esculturas, bustos, de muchos de los personajes de su tiempo que nos permite ver como era el rostro de Bernard Shaw, Puvis de Chavannes y Victor Hugo. Información sobre el museo se puede encontrar en muchos sitios. Ahora bien, quisiera mencionar dos aspectos que me han llamado especialmente la atención. El primero es la úlitma parte del jardín, un espacio lounge avant la letrre. Chaise longues repartidas estratégicamente llaman a la relajación y a disfrutar del momento. Una sorpresa inesperada y que dice mucho del estilo de vida ideal francés.

Un rincón de los jardines del Museo Rodin, que se pueden visitar independentemente del museo

La segunda sorpresa la ofrece la sala del museo Rodin dedicada a Camille Claudel. C. Claudel tuvo la desgracia de querer destacar en el mismo terreno que su amante. Craso error en cualquier siglo, aún más en el siglo XIX. Su trágica vida, suficientemente documentada, se olvida al ver la delicadeza de su obra. Así como el trabajo de Rodin es colosal y apasionado, el de Claudel es delicado y preciosista. Me ha impactado especialmente la obra ¨La Ola¨, esculpida en onyx. De una gran belleza, de reminscencias japonesas y casi más cerca de una joya que de una escultura.

La Ola, obra de Camille Claudel, en el Museo Rodin

Por la tarde he estado paseando por el Sena y la plaza de la Concorde hasta llegar a la Rue Royale, llena de tiendas de lujo. Después de pasear por la magnificencia de la Avenida de la Concordia (curisoso nombre para una avenida construida para impresionar al visitante) la llegada a la Rue Royale me ha resultado muy familiar. El aire que se respira es más cercano a Barcelona, mi ciudad de origen.

La filial más antigua de Ladurée en la Rue Royale

Siguiendo el consejo de el connaisseur Arcadi Espada en sus Diarios, he ido a comprar macarons a la tienda de Ladurée, todo un concepto en París.... y en el resto del mundo. La pequeña tienda estaba abarrotada de visitantes y turistas de todos los países y latitudes enarbolando las guías turísticas. Aunque uno tenga la tentación de tirar la toalla ante la cantidad de interesados en los macarons y la ineficacia con que está organizada su venta, yo le aconsejaría al visitante aguantar mecha y rascarse el bolsillo porque realmente las famosas galletitas son una exquisitez. No tienen nada que ver con la amarga galleta de almendra que responde normalemente al nombre de macaron. La almendra está montada en un delicioso medio cremoso que potencia el gusto del relleno. Una delicia.

Una caja de macarons variados sale por unos 24 euros

2 comentarios:

Jordi Romeu dijo...

Veig que t'hi has tornat a posar, menys mal, feia una pila de dies que tenies elm blog bastant tancat. Ja hem quedat que mantenir un blog "fembla fafil" però no ho és. Endavant, no ens deixis sense lectura!

Eugenia dijo...

Hola Jordi,
he estat un temps amb un writer's block. Però ara ja sé que tinc un lector m´animo molt.
Bromes apart, sí que costa el trobar un cantó interessant de les coses que passen, i devagades no me´n surto.
Però segueix llegint que encara seré uns dies a París(:-