Eugenia Codina Desde mi ventana

sábado, 21 de noviembre de 2009

La terrible Enid Blyton


Foto familiar de la escritora con sus hijas Gillian y Imogen

Creo que esta semana he tardado tanto en escribir por el disgusto que tuve el lunes pasado. Vi por BBC 4 una película sobre la escritora de libros infantiles Enid Blyton. Se trataba de una biografía, un biopic como dicen los ingleses, de la indiscutible reina de la literatura infantil y juvenil. Digo indiscutible por la ingente cantidad de libros que se han llegado a vender de Enid Blyton al paso de los años: 600 millones.

Yo le debo a esta escritora muchas horas de placer. Los libros de Enid Blyton fueron una de mis lecturas favoritas de la infancia y la pubertad: Los siete secretos, Las aventuras de los cinco, Las Torres de Malory y la escuela de Santa Clara. Todos estos títulos eran series de, al menos veinte libros, en los que siempre había continuidad en el tipo de aventuras y en los personajes.


Sobadas portadas, como prueba de su repetida lectura, de aventuras de los cinco y los siete secretos.

Las aventuras de los cinco eran especialmente fascinantes para los niños que, como yo, crecían en zonas urbanas muy concurridas. Los protagonistas se alojaban en un castillo con un pequeño puerto, propiedad del tío Quintín que era un sabio encerrado en su despacho, que les daba acceso a una isla a la que se llegaba en el bote que siempre tenían a su disposición. Cinco niños con un perro en un mundo sin adultos, rodeados por naturaleza, castillos con túneles, contrabandistas y todo tipo de peligros. Uno de los atractivos de las historias era el personaje de Jorge, que en realidad se llamaba Georgina. Era una niña que no quería ser niña ni quería crecer. Se comportaba como un chico, algo muy útil cuando uno corre aventuras en islas inglesas con perros y mochilas que cargar.

Las otras colecciones apasionantes de Enid Blyton era Torres de Malory y Santa Clara. Una serie de libros sobre los internados del mismo nombre en los que la clase alta británica tiene la costumbre de encarcelar a sus hijos desde los 12 a los 17 años. Las fascinantes aventuras de Torres de Malory y Santa Clara van siguiendo a las protagonistas de un curso al siguiente,
algo que ha vuelto a resurgir con las aventuras de Harry Potter.
Cuando leí el primer libro de Harry Potter, reconocí en Rowlings las mismas lecturas de mi infancia: Torres de Malory y Merlín el Encantador, en la versión Walt Disney. No me extrañaría que el éxito de los libros de Potter se deba en parte a que las historias de Enid Blyton ya forman parte de la cultura mundial. La genialidad de Rowlings ha sido el tomar diferentes ngredientes que forman parte del inconsciente colectivo y saberlos combinar de forma innovadora y sorprendente.


Enid Blyton, interpretada por Helena Bonham Carter con el actor que interpreta a su primer esposo, el editor Hugh Pollock

Volvieno a la película. Enid , hecha con la fidelidad ambiental y biográfica propia de la BBC, me soprendió. Según esta filmación de su vida Blyton era un ser odioso. Era egocéntrica, obsesiva y lo peor de todo: no le gustaban los niños, especialmente los suyos.

Según este biopic, que cuenta con la aprobación de su hija Imogen, que tiene ahora 72 años, Enid Blyton borró de su vida lo que y quien no le gustaba con una voluntad férrea. No mostró ninguna consideración por los sentimientos de otros: madre, hermanos, primer marido e hijas.
Abandonó el hogar familiar a los 17 años y no volvió nunca más. Hizo creer a todo el mundo que su madre estaba muerta. Cuando realmente, ésta falleció al cabo de veinte años, no fue al funeral. No quiso ver nunca más a sus hermanos. Después del divorcio impidió que su primer marido, Hugh Pollock, viera a sus hijas e incluso se encargó de que no pudiera trabajar más de editor, su profesión.
No salgo de mi asombro cuando veo que Blyton organizó durante años fiestas en su casa, un cottage ideal inglés llamado Green Hedges, para las que invitaba a niños que le habían enviado cartas de admiración. En estas fiestas ¨storyparty¨ les contaba una historia y les daba té con pastitas. Sin embargo, sus propias hijas no estaban invitadas a estas fiestas.

¿Cómo es posible que alguien que podía hacer disfrutar tanto a los niños fuera tan dura con los demás? La explicación que insinúa la película es que Enid en realidad, no superó el abandono de su padre cuando era niña y que siempre se comportó como una adolescente que niega y se esconde de la realidad que no le gusta... o que no puede soportar.

Es una explicación plausible. Viendo la cantidad de series de libros de aventuras que llegó a escribir uno se pregunta si, en realidad, no fue una precursora de lo que son ahora las series televisivas: personajes fijos y planos, aventuras dentro de un ambiente similiar, con un patrón fijo para la línea narrativa y, sobre todo, continuidad garantizada. Todo esto se traduce en seguridad para el lector. Seguridad en que lo que va a leer le va a gustar porque solo le va a sorprender en la variación de los hechos pero no en su calidad. Los niños quieren repetición y los púberes seguridad. Algo que Blyton había entendido perfectamente, quizás por que ella misma también hubiera preferido vivir en un mundo sin adultos y responsabilidades.

La conclusión es que, como dicen los holandeses, soy una ilusión más pobre y una experiencia más rica. La ilusión de que Enid Blyton era una señora encantadora en un bonito cottage inglés ha quedado substituida por la realidad de los hechos, que en realidad hacen a su persona mucho más interesante y complicada de lo que uno espera al leer su interminable lista de libros.


Enid:

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola, Chicos, He intención de publicar algo como esto en mi página web y me dio una idea. Saludos.