Eugenia Codina Desde mi ventana
martes, 8 de julio de 2008
Saber perder
Por fin y con un retraso de 64 años ha tenido éxito un atentado contra Hitler. Lo que no consiguió el Conde Claus von Stauffenberg, lo ha conseguido un furioso berlinés: decapitar la figura de cera de Hitler que se exhibía en el Museo de Madame Tussaud en Berlín.
La figura ya había despertado mucha polémica entre los que decían que era de mal gusto representar a Hitler y los que defendían su figura como componente ineludible de la historia. El museo había anunciado que, a diferencia de las otras figuras, los visitantes no se podían hacer fotos con la representación en cera de Hitler. La razón era evitar que su imagen se usara para propaganda (neo)nazi, algo que está prohíbido en Alemania.
Que Alemania luche aún con la aceptación de su pasado no es sorprendente. Es un pasado convulso y que costó 55 millones de muertos a Europa. No sorprende que en Alemania se discuta la legitimidad de la presencia de Hitler hecho de cera, eso sí, representado en el momento de su fracaso final. La dirección del museo indicó que se había escogido la representación de la derrota para no exaltar la mitificación de la figura de Hitler.
Mientras tanto en Inglaterra, el museo de cera de Londres tiene una figura de Hitler, desde ya hace años, amenazante, incluso levantando un puño agresivamente.
¿Por qué nadie ha decapitado el Hitler inglés? Me pregunto.
Solo el sentimiento de culpa explica la reacción furibunda de los berlineses contra la imagen. O es que están aún procesando la derrota. Como me comentó un amigo mío alemán después de la derrota de la selección alemana ante la selección española: es que los alemanes cuando perdemos, perdemos de verdad....
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2 comentarios:
Querida Eugenia, parece ser que el motivo que llevó al chico alemán a romper la figura de cera de Hitler fue una apuesta. Tan sencillo como eso.
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Creo que no es mala idea que en un museo de cera esté la figura de Hitler. De alguna manera se puede explicar quién fue.
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Estos últimos meses has escrito unas entradas muy hermosas. Lamento no haber comentado alguna de ellas, pero me parecía indigno irrumpir con algunos tópicos. El silencio me parecía mejor forma de expresar mis condolencias.
He leído, efectivamente en el periódico holandés que se trataba de una apuesta. Le quita cierto romanticismo a la acción aunque dice mucho sobre la tensión que provoca la presencia de esta parte tremenda de la historia de Alemania.
Yo también creo que la figura de cera puede dar pie a explicar su presencia a las generaciones que se enfrentan ahora con este fenómeno de la historia.
Gracias por tus condolencias. En realidad aún no me he recuperado del shock de perder dos amigos en cuestión de tres meses, los dos abruptamente. Aún no lo he asimilado.
July 8, 2008 9:58 PM
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