Ayer, martes, fue la investidura de Barak Obama como presidente de Estados Unidos.
También ayer martes me enteré de la existencia de Fannie Lou Hamer, gracias a cuyo activismo en los años 60, la población negra vota en los Estados Unidos. Fannie Lou Hamer, una mujer prácticamente analfabeta del Missisipi, despertó a la vida pública a los 44 años, cuando descubrió que tenía el derecho constitucional de votar pero que se lo impedían una serie de medidas destinadas a evitar su voto, como un test de lectura.
También ayer martes me enteré de la existencia de Fannie Lou Hamer, gracias a cuyo activismo en los años 60, la población negra vota en los Estados Unidos. Fannie Lou Hamer, una mujer prácticamente analfabeta del Missisipi, despertó a la vida pública a los 44 años, cuando descubrió que tenía el derecho constitucional de votar pero que se lo impedían una serie de medidas destinadas a evitar su voto, como un test de lectura.
La señora Hamer se movilizó y junto a otros activistas formó un partido alternativo al partido demócrata. Una delegación encabezada por ella se presentó ante el Congreso durante las elecciones presidenciales en 1964, cuando Lyndon Johnson se presentó a candidato por el partido demócrata.
La intervención de Fannie Lou Hamer fue tan convincente, que aunque el partido demócrata intentara minimilizar su mensaje, llegó al público de forma contundente gracias a que los medios se hicieron eco del discurso íntegro.
Gracias a la acción de Fannie Lou Hamer, el Congreso aprobó en 1968 la igualdad de voto en todos los estados
Así que han pasado cincuenta años entre el momento que la señora Hamer dio con el puño en la mesa de los derechos civiles y que Barak Obama, que podría ser su nieto por la edad, ha sido elegido presidente de los Estados Unidos.
Un buen momento para recordar su existencia. Se lo agradezco al historiador británico Simon Schama que acaba de emitir su programa sobre la historia de Estados Unidos The American Future.
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