A causa de mi trabajo en R&D (research and development) en la asesoría de educación más grande de Holanda, estoy regularmente involucrada en evaluaciones, ya sea de política educativa, ya sea de los resultados de los alumnos sobre un cierto tema.
Esta semana tuve de nuevo una larga discusión con el ayuntamiento y un grupo de escuelas de Rotterdam sobre la mejor forma de evaluar una innovación en las clases de lengua que hay que medir para que pueda superar la fase experimental. Después de mirar los tests existentes para medir la comprensión lectora, el vocabulario, la lectura técnica y todo lo demás me pregunto: ¿qué deben pensar los alumnos al ver estos tests tan ¨escolares¨? Cuadernos y hojas de papel donde tienen que poner una cruz o escribir algo para que el corrector pueda sacar un ecuánime nota.
Cuando este mismo alumno llega a casa se pone a jugar con un juego en el ordenador donde la evaluación ocurre de muy distinta forma. Cuando ha alcanzado un ¨level¨ puede pasar a otro. No necesita para ello pasar ningún examen, ni necesita a un maestro que cuente los puntos que ha sacado.
El sistema de pasar a un level a otro es una forma de autoevaluación perfecta. Si has cumplido con la misión y has logrado tantos puntos, ya sea matando dinosaurios, soldados, robando coches, ganando batallas o construyendo espadas, puedes pasar al otro nivel. A ningún `gamer` o a sus padres, se le ocurre ir a la casa Nintendo a quejarse para que le suban un punto porque es injusto que no pase al otro nivel ya que es un gamer muy motivado o porque ha tenido problemas en casa.
Para no mencionar el proceso intelectual tan distinto que es pensar por ti mismo, por razones pragmáticas el porqué tienes que conseguir tantos puntos. Este feed-back es inmediato y está contextualizado.
Y por último, y asociado al punto anterior, hay la cuestión de la responsabilidad individual. La motivación intrínseca de querer pasar a otro level es incomparable con la motivación que viene de ganar puntos para que juzgue un externo, ¨una fuerza superior¨ si lo has hecho bien o mal.
Un ejemplo para ailustrar lo que quiero decir: el humor como forma de evaluación. Cualquier persona que haya aprendido o esté aprendiendo otro idioma habrá notado que uno se ríe más y mejor cuando entiende un chiste en el idioma que está aprendiendo que cuando uno entiende un chiste en su propio idioma. La razón es que el hecho de entender una broma (lo más dficil que hay porque hay que conocer dobles sentidos de las palabras y contextos) es una forma de autoevaluación. Nadie te tiene que decir que tú inglés es bueno, el hecho de entender la broma es suficiente para que sepas que estás en otro level. El feed-back es inmediato, está contextualizado y es un éxito personal que has conseguido con tu esfuerzo.
Me parece que los diseñadores de tests y los ministerios de educación tendrían que ir pensando en como adaptar estos cambios en la forma de pensar de los alumnos a lo que ocurre en el aula. Da la impresión que los cambios provocados por la explosión de posibilidades que ofrecen los medios de comunicación van tan rápidos que la educación se queda atrás. Es decir, que es sistema educativo también tiene que pasar al próximo ¨level¨.
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