Eugenia Codina Desde mi ventana
domingo, 23 de noviembre de 2008
La aventura de Copérnico
El rostro de Copérnico, tal como era
Leo que gracias a la ciencia forénsica moderna, (qué suerte vivir en este milenio) se ha podido reconstruir la cara de Nicolas Copérnico.
Hace tres años se encontraron cuatro calaveras en la catedral de Frombork, en el norte de Polonia. Los arqueólogos sospechaban que una de ellas pertenecía a Nicolas Copérnico, el padre de la astronomía moderna, que vivió entre 1473 y 1543.
Científicos suecos y polacos acaban de confimar cual de ellas era la de nuestro hombre.¿Cómo lo han hecho?
Pues bien, contrastando el análisis del AND de un diente encontrado por los científicos polacos en la calavera con el análisis del AND de dos pelos encontrados por los científicos suecos en un libro que perteneció a Copérnico.
Este libro, el Calendarium Romanum Magnum de Johannes Stofler de 1518, fue a parar a Suecia como botín de guerra en el siglo XVII durante las guerras sueco-polacas. Actualmente se encuentra en la universidad de Upsala. Dentro del libro se encontraron los pelos que han servido para la identificación.
Gracias a la calavera y a los retratos existentes, los expertos forenses polacos han podido reconstruir la cara de Copérnico antes de su muerte, es decir a los setenta años. Para ello ayudó que en la calavera se veía una cicatriz encima del ojo derecho, algo también documentado en sus retratos.
A pesar de que Nicolas Copérnico me acompaña desde hace muchos años, nunca había sabido que era polaco y que su verdadero nombre era Nikola Kopernik.
El antiguo IES Montserrat en la calle Copérnico de Barcelona
Mi relación con Copérnico se remonta a mi época adolescente. El instituto donde cursé el bachillerato en los años setenta, en Barcelona, se encontraba en la calle Copérnico. El instituto Montserrat es en este momento una de las mejores escuelas públicas de la ciudad. El instituto tiene la fortuna de unir a un buen cuerpo docente, uno de los pocos edficios educativos de la ciudad con jardín. Encima de todos esto, el edificio está en la calle con el nombre del primer científico de la época moderna: Copérnico descubrió que la tierra da vueltas alrededor del sol y no al contrario, como hasta aquel momento se creía. Su enfrentamiento con la iglesia a causa de su teoría es ejemplar de como las explicaciones científicas han ido ganando terreno sobre las explicacions religiosas al paso de los últimos siglos.
Gracias a este cúmulo de afortunadas coincidencias, fue siempre facil para mí asociar el nombre de Copérnico al estudio y a la ciencia. Y ahora que se acerca el 2009 su nombre se vuelve aún más actual. Con su teoría heliocéntrica sentó las bases de la astronomía. Y la astronomía es el tema del año que viene. La Unesco ha hecho un llamado a todos los países para que dediquen el año que viene a la ciencia de la astronomía. Sobre todo en las escuelas, se pondrán en marcha todo tipo de proyectos dirigidos a familiriazar a los alumnos con el estudio de las estrellas.
Se puede decir que, realmente y en todos los sentidos, hemos recuperado a Copérnico... por los pelos.
En este vídeo se encuentra información sobre el El año de la astronomía, dura unos cinco minutos, y está subtitulado en español
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